El TDAH en los niños

Enviado por MiraMami on Lun, 31/08/2020 - 10:00

Descripción

Es normal que a los niños les cueste concentrarse, estarse quietos y portarse bien en todo momento. Generalmente, estas conductas que todos los niños tienen forman parte de un comportamiento típico de su desarrollo y van desapareciendo a medida que crecen. Sin embargo, en los niños con TDAH, se hacen persistentes ocasionándoles problemas en el colegio, en la familia y con los amigos.
 
En Miramami queremos acercarte a una de las patologías psiquiátricas más frecuentes entre la población infantil y adolescente, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, cuya incidencia en España del 4,7%; lo que supone, por ejemplo, que en cada aula de un centro escolar habría entre uno y tres niños con TDAH. 
 
¿Qué es el TDAH?
 
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), es un trastorno de carácter neurobiológico que se origina en la infancia y que implica una serie de problemas persistentes tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves; comienzan antes de los 12 años y, en algunos casos, permanecen en la edad adulta. Se da con más frecuencia en los varones (de tres a nueve niños por cada niña afectada).
 
Causas
 
Aunque se desconocen las causas, las investigaciones apuntan a que los factores genéticos son los que más pesan en el desarrollo del TDAH.  Pero, además de la genética, hay otros factores que pueden estar detrás de este trastorno, por ejemplo: la exposición a toxinas ambientales, el nacimiento prematuro, el consumo de drogas, alcohol y tabaco en el embarazo, haber tenido un parto con sufrimiento fetal, nacer con bajo peso, haber padecido traumatismos craneoencefálicos graves en la primera infancia o infecciones en el sistema nervioso central.  
 
Cuáles son sus síntomas
 
Los niños con TDAH presentan tres síntomas principales: déficit de atención, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Además, tienen más riesgo de padecer otros trastornos psiquiátricos como ansiedad, trastornos del comportamiento y trastornos afectivos. Fuera del ámbito psiquiátrico, el TDAH produce un gran impacto en la vida del afectado, en forma de problemas como la baja autoestima, relaciones problemáticas y bajo rendimiento escolar.
 
Los síntomas pueden manifestarse con distinta intensidad en cada paciente y pueden presentarse de forma independiente.
 
Según predomine uno u otro síntoma, se pueden distinguir tres subtipos de TDAH:
 
- Falta de atención predominante: suele presentar características como que el niño no es capaz de prestar atención a los detalles o comete frecuentemente errores por descuido en las tareas escolares; le cuesta permanecer concentrado en las tareas o juegos; parece no escuchar cuando se le hablan; le cuesta seguir instrucciones; no logra terminar las tareas o se olvida de hacerlas; se distrae fácilmente; pierde sus cosas con frecuencia y tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
 
- Conducta hiperactiva/impulsiva: el niño está inquieto, da golpecitos con las manos o lo pies, o se retuerce en el asiento; le cuesta permanecer sentado; está en constante movimiento; le cuesta realizar actividades tranquilas; habla demasiado; le cuesta esperar su turno e interrumpe conversaciones, juegos o actividades de otros.
 
- Combinado: el niño presenta una mezcla de los dos síntomas anteriores.
 
Diagnóstico
 
Detectar si un niño tiene TDAH es un proceso de varios pasos, ya que hay otros problemas como la ansiedad, la depresión y ciertos tipos de trastornos del aprendizaje, que pueden presentar síntomas similares. 
 
Hay dos señales de alarma de que un niño pueda tener TDAH. Por un lado, la bajada en el rendimiento escolar y, por otro, problemas de comportamiento en distintos contextos: colegio, familia, amigos… En la edad escolar, los niños con TDAH tienen dificultades para aceptar las normas, se muestran agresivos, interrumpen constantemente, se distraen con mucha facilidad, llevan los deberes sin hacer o incompletos, son incapaces de llevar a cabo encargos y de planificar tareas … En cualquier caso, lo más conveniente es consultar con un especialista experto en la materia para obtener un diagnóstico y tratamiento acertado, si bien antes de los tres años no se puede hacer un diagnóstico fiable del TDAH. La edad media de inicio de este trastorno suele estar en los cuatro o cinco años.
 
Tratamiento
 
En los casos leves (un 10-20% de los casos), el problema se aborda mediante la reeducación en la familia y en el colegio y a través de un tratamiento psicopedagógico. Sin embargo, en los casos moderados y graves, además de las intervenciones educativas escolares y familiares, se emplea medicación. Aunque el tratamiento no cura, contribuye a reducir los síntomas, aminorar los problemas asociados y evitar las posibles complicaciones. 
 
Hay que tener en cuenta que el diagnóstico y tratamiento tempranos contribuyen a mejorar los resultados. Por ello, si sospechas que tu hijo puede tener TDAH, debes llevarlo a un profesional sanitario cualificado y con amplia experiencia (un pediatra del desarrollo y el comportamiento, un psicólogo, un psiquiatra o un neurólogo pediátrico), para que pueda ser diagnosticado y tratado lo antes posible. 
 

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