Viernes – Cuentos para soñar, reír, imaginar o dejarse llevar esta Semana Santa

Enviado por administrador on Vie, 03/04/2015 - 10:00

Descripción

Estamos disfrutando mucho con las aventuras del Dr. Pantuflas y todos los personajes que han sido creados por María José Floriano, la autora del blog Tirando del Rizo. La Semana Santa va llegando a su fin pero disfrutemos en familia que todavía queda lo mejor!!

 
II. El Secreto. Parte 2
 
Lo que había ocurrido y tenía a Miguel tan acongojado fue algo que sucedió a la salida del colegio…
 
Como todos los días, Miguel esperaba a Bruno, su hermano mayor, para regresar juntos a casa. Ese día Bruno se estaba retrasando más de lo habitual y Miguel había empezado a inquietarse. Comenzó a dar vueltas por el campus del colegio hasta que llegó cerca de las canchas de baloncesto y escuchó algo que nunca debía haber escuchado y, lo que es peor, acabó metido en un lío en el que tampoco nunca se tenía que haber metido.
 
Bruno y sus amigos, que tenían 4 años más que Miguel, es decir casi 12. Estaban preparando una broma de esas que llamamos “pesadas” para la Señorita Rosmarie, la profesora de inglés. Bueno si solo hubiera sido una broma…pero es Bruno y compañía, estaban preparando una broma “pesada”…y algo más.
 
A la Señorita Rosmaire le aterraban las cucarachas y todo tipo de bichos y Bruno y su pandilla habían cogido todo un cargamento de chinches, pulgas y escarabajos para dejárselos en su asiento el día previo al examen final. El objetivo era divertirse con la broma y ver aterrorizada a la diminuta Señorita Rosmaire, lo que ocurre es que con ese pretexto también habían planeado robarle las preguntas del examen.
 
Cuando Bruno vio a su hermano escondido tras la canasta de baloncesto no le quedó más remedio que contarle todo lo que estaban tramando. Pero contárselo Todo, Todo, Todo, hasta la última coma. Eso sí, con una condición: no podía hablar de esto con nadie y tenía que ayudarles a cazar un montón de pulgas que les faltaban, las condenadas eran dificilísimas de coger.
 
-Promételo Miguel, dame tu palabra de hermano pequeño. Si guardas El Secreto, te hago miembro de mi pandilla, “Los Encuentracosas”.
 
-¡Ohhh! Dijo Miguel, ¡eso sí que molaba! Por fin formaría parte de los Encuentracosas y por fin su hermano Bruno confiaba en él. Así que Miguel prometió guardar el secreto. Por supuesto que podría hacerlo y por supuesto que podría estar a la altura que le había encomendado su hermano mayor. Sin embargo, una vez que pasó la excitación de su mini aventura, de camino a casa, se empezó a encontrar mal, ese empezó a encontrar fatal. Sentía que lo que había hecho no estaba bien, pero que nada bien. Lo de los chinches y las pulgas tenía un pase pero ¿ayudar a robar un examen? ¡Ay Dios mío! ¡Qué había hecho! ¿Y cómo podía salir ahora de este lío?
 
No podía romper su palabra y contar El Secreto. No podía delatar a su hermano. Y lo más importante, no podía defraudar a “Los Encuentracosas”. La Señorita Rosmarie era quisquillosa y muy dura con los chicos pero eso no justificaba lo que habían hecho. Y así fue como no se le ocurrió otra cosa que subirse a la rama más alta del árbol y, entre avergonzado y abochornado, dejar que pasaran las horas.
 
CONTINUARÁ…

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